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Coloquio «Haití Hoy»

A manera de Presentación

Saludamos a los legisladores que aquí se encuentran, al panel y a todas y todos los presentes. Agradecemos muy especialmente a la secretaría del senador Daniel Caggiani y al mismo senador que hizo las gestiones pertinentes para poder realizar aquí esta actividad.

Permitan primero presentarnos como convocantes de esta actividad. Somos el Comité Antimperialista Uruguayo de Solidaridad con Cuba y los Pueblos del Mundo. Brevemente les contamos que nuestro comité surge en 2020 y se encuentra conformado por las siguientes organizaciones y sus representantes: AMELAM (Asociación de Médicos graduados en la escuela Latinoamericana de Medicina), Coordinadora de Apoyo a la Revolución Cubana, CRYSOL (Asociación de ex presas y ex presos políticos de Uruguay), FEUU (Federación de Estudiantes Universitarios del Uruguay), FUCVAM (Federación de cooperativas de viviendas de ayuda mutua), FSM (Federación Sindical Mundial), Frente Amplio, Programa EconomiaPolitica.uy, Mundo Afro, Pit-CNT y la Red de Intelectuales y Artistas en Defensa de la humanidad (REDH).

Esta actividad, “Haití Hoy” cuenta con un excelente panel, tanto virtual, desde Haití la presencia del Ec. Camille Chalmers, como presencial con el Dr. Juan Raúl Ferreira protagonista de aquellos sucesos de triste recuerdo, la Lic. Estefanía Yacosa, y la diputada frenteamplista Micaela Melgar. El tema se nos presenta cada vez más urgente y de necesaria discusión.

Por aquel Haití que jamás los dueños del poder le perdonaron ser el primero y por el Haití de las rebeliones de François Mackandal que anticiparon la primera independencia de toda la Patria Grande. Por el Haití de hoy, el de las rebeliones del movimiento social actual, el Haití Caribeño y Latinoamericano y por nuestro continente vaya este primer acercamiento a su realidad, como parte de muchas otras actividades que tendrán que confluir en al menos, la visibilización del pueblo hermano que sufre, pudiendo de esa manera apostar a su desarrollo propio, soberano, e integrado.


Para los pueblos de América Latina es muy importante entender la crisis haitiana” Intervención del Ec. Camille Charlmers

Desde las organizaciones sociales, políticas populares en Haití, queremos saludar al Comité Antiimperialista de Solidaridad con los Pueblos del Mundo por esta invitación, y sabemos que este Comité integra a muchas organizaciones hermanas de Uruguay que están integrados hace muchos años en procesos importantes de solidaridad con la lucha del pueblo haitiano.

La crisis que estamos viviendo en Haití.

Haití vive una situación de guerra, que se caracteriza por un deterioro impresionante de las condiciones de vida. Estamos hablando de 4,6 millones de personas que están en inseguridad alimentaria, un aumento del desempleo, una crisis cambiaria y recientemente un aumento de más de 128% de los precios de los combustibles.

Esto crea, una situación insostenible para el pueblo y está agravado por una profunda crisis político institucional, donde tenemos a la cabeza del gobierno un proyecto conducido por la extrema derecha que está destruyendo las instituciones estatales para favorecer una mayor penetración del capital transnacional y una transferencia masiva de activos de la economía campesina hacia las grandes empresas y hacia las transnacionales.

Para explicar la trágica situación que estamos viviendo en Haití, hay muchos elementos que señalaremos brevemente.

Primero, es muy importante subrayar la implementación de un plan de ajuste estructural impuesto al país desde 83, con la conducción del Fondo Monetario Internacional y del Banco Mundial, un plan de ajuste que tuvo como consecuencia un debilitamiento de las instituciones estatales, un debilitamiento de la economía campesina y de la capacidad productiva. Haití pasó de una situación de casi autosuficiencia alimentaria en los años 70 a una alta dependencia alimentaria con respecto a Estados Unidos, importando 83% de su consumo anual de arroz de ese país.

Así que los planes neoliberales destruyeron gran parte de las instituciones estatales con la privatización masiva y aumentaron el nivel de dependencia del país frente al exterior. Dependencia política, dependencia económica, dependencia alimentaria y dependencia institucional.

El segundo elemento importante que hay que subrayar es el tipo de gestión que se hizo de las coyunturas post catástrofes. Hemos conocido durante estos últimos años unas catástrofes de gran amplitud, como por ejemplo el terremoto del 12 de enero del 2010. Las fuerzas dominantes se aprovecharon de estas coyunturas post terremoto para tomar el control de espacios estratégicos en el país aplicando lo que Naomi Klein llama capitalismo del desastre.

El terremoto del 2010 y el terremoto del 2021, un ciclo impresionante de huracanes e inundaciones, han afectado de manera significativa la economía del país y fue la ocasión de una transferencia masiva de relaciones de poder hacia instituciones extranjeras y hacia incluso personalidades, como por ejemplo Bill Clinton, que absorbió gran parte de los flujos de ayuda que llegaban al país para la reconstrucción.

Todo este proceso se acompañó de una pauperización masiva y de una polarización increíble de riquezas que hacen del país uno de los más desiguales del mundo, con la situación insostenible de pobreza de la gran mayoría del pueblo.

Es importante subrayar un elemento fundamental, las intervenciones extranjeras, incluso las intervenciones militares extranjeras del año 93. Hasta la actualidad, el país ha sufrido diez misiones de Naciones Unidas con un balance catastrófico. La más importante fue la ocupación militar de la Minustah de 2004 hasta 2015, que tuvo consecuencias muy graves sobre el país. Aceleró el proceso de debilitamiento de las instituciones estatales, aumentó la dependencia del país y fue responsable de crímenes contra el país como por ejemplo las violaciones masivas a mujeres, niñas y niños y la introducción del cólera, enfermedad que causó la muerte de 30.040 mil ciudadanos ciudadanas y que infectó a más de 800.000 personas. Naciones Unidas, que pretende ser uno de los defensores más importantes de los derechos humanos en el mundo, salió,esta misión fue clausurada sin ninguna indemnización del país a la altura de los daños causados. Un elemento clave para entender la crisis actual es a partir del 2010, la implementación en Haití y la fabricación en Haití de una extrema derecha que pertenece a toda una ola en América Latina, donde Estados Unidos trata de retomar el control del continente a través de cambios significativos del juego político.

Hay mucha relación y mucha semejanza, por ejemplo, entre el discurso político de Trump, de Bolsonaro y de Michelle Martelli. Y es muy interesante subrayar que la construcción de esta extrema derecha tiene como objetivo fundamental destruir todos los avances democráticos del pueblo de Haití en la coyuntura post 86, después de la caída de la dictadura

Del 2010 hasta el 2022, el Estado o los aparatos estatales están controlados por la extrema derecha, con el apoyo entusiasta del imperialismo, con el apoyo entusiasta de la OEA, con el apoyo entusiasta del señor Almagro y el apoyo entusiasta de Naciones Unidas y del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas. Este apoyo a la extrema derecha, este apoyo a las fuerzas más retrógradas, más antidemocráticas del país, es un elemento importante para entender la crisis actual.

Un último elemento fundamental es el contexto geopolítico del Caribe. Sabemos que el Caribe juega un papel fundamental en los procesos de acumulación capitalista y Estados Unidos quiere hacer todo lo posible para prevenir una posible alianza política entre Haití, Cuba y la República Bolivariana de Venezuela. Para ellos es muy importante mantener el control sobre el Caribe, no solamente para controlar los flujos de mercancías importantes que transitan, sino que también desde el punto de vista político y geopolítico.

Hay una inversión importante de Estados Unidos para mantener ese control y una inflación importante que se traduce por el ejercicio de varios tipos de violencia contra el pueblo haitiano.

Hay que denunciar los intentos de las clases dominantes para criminalizar esa movilización y pretender que son pandillas que están protestando en la calle.”

Otro elemento sustantivo de la crisis actual y que explica el nivel de violencia ejercida por las fuerzas dominantes contra el pueblo de Haití, es el dinamismo, la fuerza, la creatividad de los movimientos de resistencia que desde enero 2016 hasta la actualidad se están expresando bajo muchas fórmulas. Hemos vivido ciclos de movilización muy importante, llegando a veces a 1 millón de gente en las calles manifestándose. Manifestaciones múltiples con la participación masiva de distintos sectores del país, con la participación masiva de los movimientos feministas, de las federaciones campesinas, de los sindicatos. Y una característica esencial de estos movimientos es que no están simplemente reclamando un cambio de personal político, pues están exigiendo un cambio en el sistema. Y esto es un elemento básico para entender la dinámica actual y la violencia del imperialismo y de las clases dominantes frente al pueblo.

Son movilizaciones inspiradas en la cultura popular. Son movilizaciones que también quieren reconectarse con el proceso de construcción nacional interrumpido desde el siglo XIX con el triunfo de la contrarrevolución frente a la revolución anti esclavista.

Y eso son fenómenos muy profundos y estamos asistiendo a ciclos cada vez más repetidos de movilizaciones. Hay que denunciar los intentos de las clases dominantes para criminalizar esa movilización y pretender que son pandillas que están protestando en la calle. Eso no tiene nada que ver y es una deformación total de lo que está pasando en Haití.

Muchas veces la fuerza de esas movilizaciones, la creatividad, la convicción de esos movimientos de construir una democracia con base a nuestra cultura, con nuestras opciones, no aparece a nivel de la prensa internacional. La prensa internacional prolonga una tradición de estigmatización de Haití, presentando a Haití como un caos, sin permitir entender las dinámicas de fondo que caracterizan el movimiento popular haitiano.

Esta es también ocasión para saludar ese movimiento y decir que ese movimiento no está parado, que es un movimiento vibrante, un movimiento que se inspira en las luchas de los demás pueblos latinoamericanos y un movimiento que debe ser un elemento central en los procesos de reconstrucción nacional y en los procesos de salida de crisis.

Hay una continuidad entre los Tonton Macoutei de Francia de Duvalier, el FRAPH y las pandillas actuales. Las pandillas armadas ejercen la violencia contra el pueblo, contra los movimientos populares para instalar un clima de terror y de miedo, para obstaculizar el proceso de organización popular, impedir que el pueblo se convierta en un actor significativo, sujeto de las transformaciones necesarias en el país.

Los grupos paramilitares, las pandillas, tienen una relación estrecha con las fuerzas dominantes, fuerzas económicas, fuerzas políticas y con el imperialismo. Y en ese sentido, por ejemplo, durante el golpe de Estado contra Aristide, el dirigente del FRAPH, un grupo paramilitar sumamente violento y cruel, está dirigido por un empleado de la CIA, Constant.

Las alternativas

En este panorama es muy importante discutir sobre las salidas que podemos organizar, que podemos emprender para realmente asegurar una salida de la crisis actual.

Hay una salida conservadora. Es la salida promovida por la oligarquía y las fuerzas imperialistas que quiere mantener el poder monopólico de la extrema derecha. Por eso quieren apoyar y están apoyando a Ariel, que es un primer ministro que no tiene ninguna ninguna base legal, y que es a la vez primer ministro y presidente. Quieren mantenerlo en el poder para que pueda organizar un ejercicio electoral de fachada para garantizar que la extrema derecha mantenga el poder durante los próximos decenios.

Quieren cambiar la Constitución para extraer, para retirar de la Constitución actual todos los avances democráticos conquistados por el pueblo de Haití. Porque la crisis que estamos viviendo es la expresión de la descomposición del sistema neoliberal, del sistema de dominación neoliberal instalado en Haití desde 1915 y para mantener ese sistema ejercen una violencia terrible contra el pueblo, una verdadera guerra contra el pueblo, con el mantenimiento y desarrollo de la cultura de la impunidad.

Las organizaciones populares haitianas, los movimientos revolucionarios haitianos, proponemos otra salida de la crisis, caracterizada por lo que llamamos una transición de ruptura. Una transición que permita echar las bases fundamentales para la reconstrucción del país, para lanzar un proyecto de nación sobre los próximos diez años capaz de movilizar todas las energías disponibles y una transición de ruptura que asegure que, por ejemplo, el sistema electoral sea bajo el control de los actores políticos y sociales haitianos. Una transición de ruptura que permita romper los lazos de dependencia creados por el imperialismo desde el 1915 para conquistar espacios de autodeterminación, espacios de soberanía que permiten definir el proyecto de nación y el porvenir de prosperidad de la nación haitiana.

En este marco es muy importante denunciar los intentos que se están haciendo ahora para reanudar una ocupación militar. Estados Unidos está buscando aliados en América Latina para organizar una nueva ocupación militar que va a ser la prolongación de lo que hemos vivido, de la pesadilla que vivimos con la MINUSTAH y que va a tener como papel fundamental apoyar a la extrema derecha y su monopolio en los aparatos estatales.

Denunciamos todo intento de ocupación militar. La solución actual debe radicar en el respeto de la soberanía y la autodeterminación del país, el respeto de soluciones autónomas que privilegian la autodeterminación y que permiten también relacionar la crisis haitiana con la crisis que estamos viviendo a nivel de continente. Porque lo que está en juego en Haití no es solamente dentro de las fronteras haitianas, es también todas las relaciones de dominación imperialista del continente y una victoria de las fuerzas conservadoras en Haití sería una catástrofe para todos, todas, todo el movimiento progresista en América Latina. Para explicar este punto vamos a dar un ejemplo, pero que es muy ilustrativo, y es que los militares brasileros que estaban dirigiendo la MINUSTAH, dicen que estaban entrenándose para aplicar en Brasil los mismos métodos de represión que han aplicado contra los barrios populares en Haití y los están aplicando en Sao Paulo, en Río de Janeiro, están aplicando lo que han aprendido en la represión ejercida contra los movimientos populares en Haití. No es casual que los mismos militares que estaban dirigiendo esa fuerza de ocupación jugaran un papel tan importante en el proceso de militarización del sistema político en Brasil y en la conformación de esta nueva extrema derecha fascista que tenemos ahora en Brasil.

Lo expuesto es una conexión muy ilustrativa que muestra que para los pueblos de América Latina es muy importante entender la crisis haitiana y es muy importante solidarizarse con el movimiento popular haitiano, que durante los últimos años, desde prácticamente 2006, mantiene un ciclo de movilización permanente y una movilización que denuncia al sistema de dominación, que denuncia al imperialismo y que exige cambios estructurales en el sistema político.

Saludamos la solidaridad de las organizaciones uruguayas y abogamos para una profundización de los procesos solidarios con la lucha del pueblo de Haití.

i Policía secreta del régimen del dictador François Duvalier (presidente desde 1957 y dictador desde 1964 hasta su muerte en 1971)

Haití: “cuando nos precisaron no nos encontraron” Intervención del Dr. Juan Raúl Ferreira

La pequeña plaza que queda al lado de la residencia de la Embajada del Uruguay en Buenos Aires se llama República de Haití. Y cuando se vivió un intento de primavera democrática en Haití, el presidente Aristide visitó la Argentina. Yo era embajador del Uruguay y mi colega haitiano quería inaugurar un monumento al Mariscal Pétion y no tenía plata para pagarla. Entonces los embajadores latinoamericanos, a instancias mías, organizamos una vaquita y le regalamos el monumento que hoy está emplazado ahí, al lado de la Embajada del Uruguay. Y a mí me vino una curiosidad tremenda. Me vino mucha vergüenza de no saber más quién era Pétion. Y entonces fue a través de la lectura y del estudio que nació una amistad hasta el día de hoy con el pueblo haitiano.

El mariscal Pétion fue el primer libertador de América Latina.. La revolución haitiana y la República de Haití nacen la primera en América Latina, la segunda en Occidente del tiempo moderno, dejando las democracias aristocráticas de la antigua Grecia antes de la Revolución Francesa. Inmediatamente después de Estados Unidos y con una influencia tremenda que solo estudiándolo se puede enterar.

La importancia que tuvo el mariscal Pétion en el Libertador Simón Bolívar es destacable pues es Simón Bolívar el único libertador de América, que planteó la liberación de los esclavos, además del sueño de la gran patria sudamericana, simultáneamente con la independencia. Pétion lo recibió cuando Bolívar fue víctima de la incomprensión de Santander. Le dio dinero, le dio armas, le dio gente que combatió con él en el proyecto de la Gran Colombia.

Me empezó a fascinar el tema de Haití y empecé a entender.

Intervenimos en Haití cuando teníamos que dejar que esas decisiones quedaran en manos de su pueblo”

Intervenimos en Haití cuando teníamos que dejar que esas decisiones quedaran en manos de su pueblo y cuando nos precisaron no nos encontraron, no tenían la mano amiga y solidaria que América Latina.

Durante un tiempo yo hice algunas misiones internacionales, me tocó mediar en Colombia el alto el fuego, antes de los tratados de paz. En las elecciones en que fue electo Juan Manuel Santos, hice para la OEA algunas misiones de observación electoral como coordinador. Mi último jefe de misión fue el doctor Tabaré Vázquez. En República Dominicana, después empecé a ser jefe de misión, enviado por Tabaré Vázquez. Miren las vueltas de la vida, fui a mediar en un conflicto fronterizo entre Colombia y Venezuela, en el mismo lugar donde se estrecharon la mano el presidente Petro y el presidente Maduro hace pocas semanas. Después de Tabaré Vázquez, mi experiencia en Haití me obligó moralmente a renunciar.

Yo fui como jefe de una misión conjunta de Naciones Unidas, Unión Europea y la Organización de Estados Americanos, al proceso electoral y prácticamente todo el año 2016 lo pasé en Haití, yendo y viniendo, pero básicamente lo pasé en Haití.

Primero, aterrizar en Haití es muy importante verlo in situ. Cuando uno ve imágenes de televisión, ve trozos de la realidad. Pero descubrir, por ejemplo, que Puerto Príncipe es una ciudad construida precariamente sobre los restos del huracán, del terremoto de 2010 a uno le hace pensar ¿a dónde fue a parar toda aquella plata que se recaudó? No fue a parar a los haitianos. Es una ciudad construida sobre los escombros. Después uno sale del interior y el interior es igual.

Y la Minustah. ¿Tiene que ver con la estabilidad o la democracia?. Una sigla complicadísima que inventó las Naciones Unidas para mandar la única misión de tropas de la historia de la organización desde 1948 que no fuera solicitada por nadie allí. No hay una firma de haitiano alguno pidiendo la llegada de la Minustah.

Es un invento desde afuera e impuesto a los haitianos muy difícil de describir. Yo me acuerdo cuando entré a la Minustah. Es una ciudad del primer mundo inserta en un mundo de pobreza, que en lo personal fue el más dramático y terrible que vi. Desde allí se gobernaba al mundo de la miseria de afuera, de extramuros. Uno entraba a la sede de la “Libertad” y entraba a “Manhattan”. Y desde ahí se gobernaba la pobreza y el hambre de afuera de aquellos mundos. Una realidad tremenda.

La diplomacia de América Latina y de los países de Occidente, entre otros, representantes de la Unión Europea, habían creado una cosa que se llamaba el Core Group, el grupo central de la diplomacia, y esos eran los que gobernaban, los que decidían por Haití. Y no se reunían con autoridades de gobierno, se reunían entre ellos. Había un desayuno diario. Yo le confieso que la segunda vez que fui me dio vergüenza. Porque discutían, no cómo se relacionaban sus países con Haití, sino cómo ellos podían gobernar Haití, porque Haití era un país incapacitado de gobernarse a sí mismo.

A pesar de eso, la misión hizo algunas cosas que a mí me alentaban. Contribuimos a hacer un padrón electoral. Esto fue muy importante aunque después tiene unas consecuencias negativas tremendas. Hicimos una depuración que nos llevó casi un año del padrón electoral sacando los muertos, pero además una campaña de inscripción y registro de nuevos votantes, etc, etcétera. Se contrató una firma brasilera experta en la materia que hizo un padrón electoral perfecto. Quisiéramos nosotros en la Corte Electoral tener uno así y vaya que el que tenemos es bueno. Esta fue la única cosa que a mí me dio cierta tranquilidad de conciencia, porque hay muchas cosas que todavía me pesan en la mochila de mis autocríticas de la vida.

Una de las cosas que me acuerdo que me dio una alegría muy grande fue convencer a la jefa de la MINUSTAH, no de las tropas sino de la institución, las tropas son el brazo armado de una organización política creada por las Naciones Unidas, jefa que era una. funcionaria Naciones Unidas, con rango de embajadora y ciudadana de Surinam, que no pusiera efectivos en los centros de votación, porque uno veía cómo rechinaba al haitiano aquella presencia extranjera, incluida la nuestra misma.

Más de una vez me escapaba mi custodia (eran carabineros chilenos) y el solo hecho de ver las banderitas de la camioneta ya generaba algún insulto y me gustaba parar, bajarme. Había mucha gente que hablaban creole, pero cuando además hablaban francés, conversaba “Venga, venga, venga el que gritó. De qué se trata? A mí me interesa el saber”. Recuerdo un colegio porque curiosamente se llama como el el que yo fui acá en Montevideo y era del mismo grupo religioso. El día antes de las elecciones fuimos como a ver una mesa modelo y en plena conferencia de prensa un señor gritó. No quedaron muy contentos. Pero yo abandone la conferencia de prensa que yo mismo conducía y fui a hablar con el que había invitado. “¿Cuénteme por qué grita? ¿Qué interés tiene la prensa? no se sienta intimidado.”

Evidentemente hicieron todo un despliegue en el territorio haitiano, pero a una distancia accesible de los centros de votación, sin exhibirse. Creo que eso fue importante.

La elección, el informe y la renuncia

Luego vino la elección. El huracán Matthew hizo posponer algunas de las fechas del calendario electoral por las inundaciones que impedían que muchos ciudadanos llegaran a los centros de votación, pero finalmente se dio la última etapa, la elección presidencial. Gana el presidente Juvenal por el 55% de los votos, con lo cual en enero del año siguiente (2017) es proclamado presidente electo y no hay segunda vuelta.

En mi informe ponía que efectivamente no era cuestionable desde el punto de vista jurídico el resultado electoral, pero sí desde el punto de vista político, desde el punto de vista de legitimidad social. El candidato que resultó electo con el 55% de los votos, lo hizo en una elección donde aquel padrón que depuramos con tanta prolijidad y tanto costo de las Naciones Unidas, se habían presentado a votar solamente el 18% de los inscritos. Entonces obtuvo el 51% de los votos. menos del 10%. Un episodio aislado pero elocuente fue que en la esquina del hotel donde estaba las oficinas y donde nos alojábamos, había una mesa electoral donde un niño, el día de la elección murió de hambre. Hubo un despliegue de 400 observadores electorales, de las misiones más grandes en las que he estado. Yo ponía estos dos ejemplos, los del resultado electoral, con un tan bajo porcentaje de participación electoral y el del niño muerto de hambre. Decía ¿se puede considerar legítima esta elección? Una cosa es que no haya ningún argumento jurídico para cuestionarla, y otra cosa es que la elección sea válida políticamente, que sea democrática, que represente la voluntad del pueblo.

Presenté el informe rápidamente ante el Consejo de Naciones Unidas y en la reunión de los embajadores de la Unión Europea en Nueva York acreditados ante las Naciones Unidas. Pero la OEA demoró más de seis meses en dejarme presentar el informe y cuando lo hice constaté que bajo el liderazgo de Luis Almagro, se había modificado. Estas dos referencias al niño muerto y al bajo porcentaje de participación electoral no figuraban en el informe. Fue un momento muy tenso, pero de los momentos en los que me siento un poquito tranquilo con mi conciencia. En plena sesión del Consejo Permanente de la Organización de Estados Americanos, dije en el mejor francés del que puedo ser capaz “Señores delegados, no den lectura el informe que se ha repartido, porque no es el que yo preparé. Faltan dos datos muy importantes”. El señor Almagro se levantó y se fue. La renuncia fue una medida simbólica, porque evidentemente después de eso no me iban a invitar a ninguna misión más, pero anuncié ahí mismo que renunciaba a participar, mientras que Almagro fuera secretario general de la OEA, a cualquier misión de ese tipo, cosa que no he hecho desde entonces.

Prefería hacer una cosa más testimonial sobre lo que me tocó vivir, cómo lo viví, cómo lo sentí y cómo me hace sentir un renovado compromiso. Cuando sentí que Gutiérrez, el secretario general de las Naciones Unidas, hablaba de una nueva misión, se me puso el pelo de punta, la piel de gallina y pensé “no, soldados a Haití no”, pero voces solidarias alrededor de América Latina es un deber que no podemos eludir veces.

Por la paz verdadera.” Intervención de la Lic. Estefanía Yacosa

Quería hablar un poco sobre la situación reciente de Haití, comentar era sobre el gobierno actual, que es un gobierno no legítimo, un gobierno que viene a suceder al asesinado presidente. El primer ministro actual, está pidiendo ayuda internacional para poder legitimarse. Habrá que ver qué posición vamos a tener nosotros.

Para enfatizar el rol de Estados Unidos, que me parece es clave y no es una cuestión conspiranoica, es que alrededor del asesinato el medio francés France24 señalaba que el primer ministro estaría vinculado, sería sospechoso del asesinato. Las órdenes para cometer el crimen aparentemente fueron desde Estados Unidos, desde Florida.

Estados Unidos se otorga jurisdicción para juzgar y son los que están investigando la causa, cosa que a mi me suscita bastantes dudas. Honestamente no sé qué lugar, qué potestades realmente tiene Estados Unidos, ¿será como siempre, como cuando lleva gente a Guantánamo? Esto es un problema no solo jurídico, es un problema enorme, político, y que nosotros no digamos nada me parece gravísimo.

Respecto de la crisis actual, hay mucha gente que dice que el pacto social en Haití está roto por la extrema violencia que hay en el país. Es cierto. Pero también es cierto que existe un tejido social importante. Existen movimientos sociales como los que mencionaba Camille Chalmers, y me parece que hay que hacerle honor y defender.

Hablamos del país más pobre del mundo, que fue empobrecido. Eso todos lo sabemos. Pero normalizamos lo que pasa ahí y no nos hacemos cargo de lo nos corresponde. Me parece bastante vergonzoso.

Importa enfatizar que Haití está aislado, históricamente aislado, a pesar de que en sus inicios tuvo acciones muy nobles como las que comentaban aquí. No respondimos de la misma manera y fuimos bastante injustos.

No parece un dato menor, el hecho de que se demande la intervención desde. República Dominicana, que ha sido uno de los primeros que le ha dado la espalda y de todas las maneras posibles (xenófobos, racistas). Los argumentos que manejan para pedir una intervención es el cólera que también es resultado de las intervenciones militar, y la seguridad interna, se dice que el poder de las bandas criminales es muy grande, bandas criminales (paramilitares) tienen vínculos muy estrechos con los con ciertos empresarios y también con el gobierno que las utiliza para ejercer el poder

¿Qué rol quiere jugar Uruguay en esto, como país latinoamericano, como país que quiere construir la democracia? No obstante haber enviado tropas en el pasado, Uruguay siempre se apoyó en el argumento de hacer los arreglos institucionales políticos necesarios para gobernar. Para ser digno, creo que ponernos a hacer un poco de autocrítica no es pegarse un tiro en el pie, sería coherentes con nuestra posición latinoamericanista y democrática. La soberanía se construye de otro lado de lo que nosotros podemos ayudar para que se reconstruya políticamente, socialmente y económicamente. Brindando quizás ayuda técnica, como se ha dicho varias veces (potabilizadora de agua). Desde el lado técnico, desde otro lado más bien social. No enviar los soldados. Por la paz verdadera.

Acompañamos desde nuestro lugar la lucha que está dando hoy en el pueblo haitiano contra la violación de todos sus derechos y reivindicamos en primer lugar, el derecho a la autodeterminación” intervención de la Diputada Micaela Melgar

Entre los compañeros y compañeras que están presentes, hay gente que conoce muy profundamente la realidad y la historia del hermano país. Yo voy a tratar de hacer un humilde aporte desde mi rol como diputada, como diputada frenteamplista que hoy integra la Comisión de Defensa de la Cámara de Representantes, teniendo en cuenta lo que planteaban los compañeros en la campaña, previamente a un posible debate al respecto de una potencial participación. Este va a ser el foco de la intervención.

Es evidente que a Haití no se le perdona la radical independencia gestada heroicamente desde sus comienzos como pueblo libre. Y la realidad actual, luego de tanta destrucción de sus condiciones subjetivas y materiales, es un reflejo de la necesidad de la perpetuación del poder colonial, imperial, racista y también patriarcal. Esa es la concepción que por lo menos entiendo de haber leído e intercambiado con compañeros y compañeras que entienden el desarrollo de la historia dialéctica del país.

Desde nuestra convicción antiimperialista observamos que la actitud sistemática de los poderosos hacia Haití tiene que ver con un objetivo de poder regional. No es casualidad que Haití sea el país más próximo a Cuba con 77 kilómetros que lo separan del Canal de los Vientos y es un lugar clave, además de ser una ventana a la atrocidad a la que están dispuestos quienes no quieren la proliferación de la soberanía y la autodeterminación de los pueblos.

La solución de los problemas de Haití, como se ha dicho aquí por los compañeros, no son del tipo militar, sino que son de desarrollo socioeconómico con inclusión social. El encarecimiento de los alimentos, la crisis alimentaria, no se van a resolver con presencia militar. La ayuda internacional que había sido mencionada nunca se destinó directamente a ampliar las capacidades estatales para generar lo que en ciencia política se llama dependencia, que se vaya desarrollando y que se vaya aprendiendo de capacidad estatal.

Lo que ha pasado, es que ha sido siempre gestionado por organismos internacionales y por ONGs que no logran luego potenciar, o por voluntad, intencionalmente o no, pero que no han fortalecido las capacidades públicas. Entonces, las misiones militares, no van a lograr reducir el aumento criminal de los productos derivados del petróleo, por ejemplo, no van a lograr la rebaja en los precios de los insumos generales, no van a lograr acceso al trabajo, generación de puestos de empleo, no van a lograr la reducción de los problemas de convivencia o de violencia interna.

Según se ha demostrado, las misiones han profundizado los problemas que vive ese país. Se ha profundizado la violencia, se ha profundizado la desigualdad y se han cometido crímenes desde el poder que dan las armas y la protección que da el uniforme. Bastante lejos quedó el objetivo inicial e igual cuestionable de Uruguay de participar, que tenía que ver con detener la participación de otras potencias en la zona.

Nuestra participación ha sido objeto de debate profundo desde la izquierda.

Me atrevo a decir que lo que hoy tenemos que hacer desde Uruguay es considerar alguna forma de reparación de los enormes agravios que hemos hecho al país y al pueblo haitiano, a las mujeres, a los niños y niñas que sufrieron directamente en sus cuerpos la extrema violencia de estos años de misión. El patriarcado y su expresión más atroz, que es la violencia sexual, hoy sigue sin ser reparado por el Estado uruguayo. Y aunque algún detalle se ha logrado, ha dependido de la voluntad individual de algunas personas.

Según el informe, que asumo que acá todos conocen, el 28% de los casos de embarazo infantil fue producto de las situaciones de abuso por parte del personal militar. La extrema vulnerabilidad de mujeres y niñes involucrados revela que casi el 30% de los embarazos infantiles tiene como protagonista personal uruguayo, por no mencionar el resto de las situaciones de violencia y de violencia sexual. Si no se repara el daño, si no nos hacemos cargo, se vuelve a repetir en cualquier formato, en cualquier formato.

La realidad haitiana hoy, además de su situación política muy bien descripta por el compañero Camille Chalmers y la necesidad de cambio radical de las condiciones, tiene como una de sus emergencias más directas el hambre. Hay vallas, hay uniformes, hay medios de prensa, pero también hay hambre y dificultades de acceso a la educación en la violencia. Por eso tenemos que pensar si podemos aportar.

Acompañamos desde nuestro lugar la lucha que está dando hoy el pueblo haitiano contra la violación de todos sus derechos y reivindicamos en primer lugar, el derecho a la autodeterminación. Soluciones haitianas para los problemas haitianos. Soberanía y respeto.

Cuando pensamos sobre estas cosas, siempre me parece que tenemos que planificar hacia adelante las tareas y qué tipo de incidencia podemos lograr de cada uno de nuestros lugares de trabajo. Me parece que hay un trabajo que tenemos que hacer como izquierda política, social, de producción, de contra hegemonía en el discurso. Pero también tenemos que hacer un trabajo organizativo, porque solo con los discursos no podemos ganar. Adentro de la izquierda se pueden tener posturas muy nobles, posturas muy radicales al respecto de la situación, pero si no logramos hacer algo concretamente, por ejemplo, pensar en la reparación o por ejemplo, organizarnos con otros y otras, difícilmente se logre algo. Me pareció un excelente ejemplo que se haya tomado la palabra al respecto en un acto muy importante de la Central de Trabajadores, y es sobre esas cosas que tenemos que empezar a, como dicen los viejos, operar.

Así que bueno, por ahí es todo mi aporte. Gracias. Bien. Muchas gracias a todos, A todas y al panel.


Intervención de Juan Raúl Ferreira

Intervención de Estefanía Yacosa

Intervención de Micaela Melgar