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Thelma Cabrera, la candidata que pone rostro al fantasma de los campesinos organizados.

Por Kimberly López Y Jody García / 11 junio, 2019

“Hay un miedo al indio. No se teme a los indígenas mientras busquen la superación por la vía individual, pero sí se les teme en la medida en que lo hagan por la vía colectiva, más aún si esto se liga a posicionamientos de izquierda. Temen una venganza, una explosión del resentimiento, un desahogo del complejo de inferioridad”. La antropóloga Manuela Camús escribió así sobre los prejuicios ladinos-mestizos en la dinámica guatemalteca. Es una fotografía útil para comprender la participación y las reacciones que provoca Thelma Cabrera como candidata presidencial de un partido de campesinos organizados, el MLP.

El miedo tiene su contraparte en un idilio de jóvenes urbanos en el micro-mundo de Twitter, que se ha volcado por esta líder campesina, en especial desde que fue anulada la candidatura de la exfiscal Thelma Aldana, quien encabezaba a Semilla, un movimiento progresista urbano. Así, su campaña en redes incluye dinosaurios, ovnis, chakras diseñados por un grupo de voluntarios para manifestar un voto de protesta contra el sistema de corrupción, impunidad y desigualdad. Una campaña que se ha colado en un quinto puesto, a 7 puntos del candidato que marcha segundo y pasaría a segunda vuelta en las elecciones de este domingo.

El idilio, no obstante, es todavía minoritario, con apenas 5 puntos hasta la última encuesta de hace diez días, y Thelma Cabrera, candidata del Movimiento para la Liberación de los Pueblos (MLP), despierta sobretodo un miedo irracional por sus orígenes en Codeca, su propuesta de nacionalización de la energía eléctrica o su promesa de hacer una nueva constitución, popular y ‘plurinacional’.

¿Cómo se traduciría eso a una Asamblea Constituyente? Con diferentes escaños según identidades. Tendría 84 diputados constituyentes. 40 asientos se disputarían en “elecciones por departamentos”, en las que participarían todos los ciudadanos. 40 asientos más se disputarían en elecciones solo entre ciudadanos de pueblos indígenas. Y 4 asientos más para guatemaltecos en el exterior. De esta manera, habría una compensación a la exclusión histórica.

Hace tres semanas Thelma Cabrera tenía hambre. Eran las cinco de la tarde del martes 21 de mayo de 2019 y no había almorzado después de una seguidilla de mítines. Había llegado a la zona 1 de la Ciudad de Guatemala para participar en una conferencia que organizó Codeca-Urbana. Se sentó en una mesa junto a su vicepresidenciable Neftalí López con los medios de comunicación.

Ambos leyeron los 14 puntos que integran su plan de gobierno y respondieron a las preguntas de los periodistas. Después de 45 minutos, Thelma Cabrera se levantó mientras los fotógrafos la perseguían y los simpatizantes del partido la abrazaban y felicitaban.

Thelma Cabrera, una mujer maya mam de 49 años que creció en Sinabá, una de las aldeas más pobres del municipio costeño de El Asintal, Retalhuleu, a 195 kilómetros de la Ciudad de Guatemala, salió sola del salón para buscar comida. Caminó unas cuadras, llegó a una tienda y compró un jugo de melocotón en lata y una galleta salada. A las seis de la tarde, ese era el almuerzo de la candidata presidencial que realiza sus giras sin guardaespaldas, sin financiamiento que no sea de los aportes individuales de sus simpatizantes. Sus tres rivales para el segundo puesto son hombres, conservadores, de clase alta, con apellidos y rostros europeos: Giammattei, Arzú y Mulet.

Thelma Cabrera es apoyada por los pueblos indígenas donde ha hecho sus giras políticas. Foto: Carlos Sebastián

El “monstruo” que se cansó de ser ignorado

En Guatemala, a la clase alta blanca y la clase media mestiza la distancian muchas realidades y un abismo de desigualdad, pero hay un punto que los une: ‘el miedo al indígena organizado’.

Un monstruo al que nadie le ve el rostro. Algunos prefieren llamarlo ladrón de energía eléctrica, bloqueador de carreteras, terrorista, delincuente, guerrillero. Y los calificativos siguen. Se refugia a kilómetros de la ciudad, lejos del epicentro desde el cual se toman las decisiones políticas más trascendentales para el país. Desde allá nadie lo percibe, ni teme toparse con su sombra, ni escucha sus lamentos, sus denuncias. Cada cierto tiempo, se aparece a plena luz del día, se cansa de ser ignorado, sale a bloquear carreteras o a manifestar para exigir mejores condiciones de vida y pedir acceso a servicios básicos.

El 7 de marzo, de los bloqueos y las manifestaciones pasó a la política electoral. El monstruo tuvo desde ese día rostro. Es una mujer de rasgos duros pero amables. Se llama Thelma Cabrera Pérez. Y tiene una propuesta de reforma radical. O de refundación.

Ese día llegó al edificio del Tribunal Supremo Electoral y dijo este discurso:

– En este momento, Thelma Cabrera demuestra que no está sola, demuestra que fue electa en asamblea de comunidades, como defensora de los derechos y de la madre tierra. Hoy es un día histórico para nosotros; venir a recibir este carné que ratifica nuestra participación en las elecciones 2019. Sabíamos que (los obstáculos) es parte de la criminalización la oposición de la oligarquía y hoy estamos demostrando que como pueblo estamos haciendo camino para llegar al proceso de asamblea constituyente popular y plurinacional. Así construir ese estado plurinacional donde estemos representados mayas, garífunas, xincas y mestizos.

“Pidieron que se formaran un par de comisiones en las que pudiéramos meternos a dar ideas, propuestas que llegaran a una parte más urbana. Entonces hay un grupo de jóvenes voluntarios que forman parte de MLP Urbano, que son los que desarrollan estas ideas. Aquí nadie tiene salario, todos somos voluntarios y cualquier idea que va saliendo se va posteando”, dice Fernando Espina. Es abogado, integrante del colectivo Intergeneracional, de Codeca y del MLP.

Fuera de las redes sociales, la agrupación le pidió a sus simpatizantes que hiciera un banderín con sus propios recursos, explica, es la forma de financiar su campaña. Según el último informe financiero que presentaron al TSE, los aportes individuales de sus financistas van desde Q60 a Q3 mil (máximo).

El centro de Codeca y el MLP: ¿La luz es un derecho o una mercancía?

En otros países, y en otros momentos de la historia de Guatemala, los movimientos campesinos hacen huelgas o paralizan países. En la Guatemala de 2019, el movimiento campesino agrupado en Codeca tiene como gran transgresión resistirse a pagar por la energía eléctrica. Para la empresa eléctrica –propiedad de las Empresas Públicas de Medellín– y el Ministerio Público, la roban. Para Codeca y el MLP, se resisten a pagar cobros excesivos.

La empresa eléctrica, que distribuye energía eléctrica en más del 80% del país, dijo que han presentado 600 denuncias contra personas de Codeca. En el Ministerio Público hay alrededor de 20 expedientes abiertos por hurto de fluidos —legalismo para el delito de sustracción energía eléctrica, agua o gas—. Pero son casos complejos.

El artículo 45 de la Constitución dice que “es legítima la resistencia del pueblo para la protección y defensa de los derechos y garantías consignados en la Constitución”.

Desde el 2008, Codeca se ampara en ese artículo para desconectarse de los contadores de la empresa y transmitir la energía eléctrica desde los postes de conducción y para oponerse al pago de las facturas por el servicio de energía eléctrica.

Thelma Cabrera defiende esa resistencia. El día de su conferencia antes de la cena, argumentó que hay familias que dejan de comprar alimentos para pagar las facturas de luz de precios altísimos, alejados de su consumo y de su capacidad económica.

Mario Braham, fiscal de la unidad del Ministerio Público que investiga estos casos, explica el problema desde otra perspectiva.

– Por ejemplo, en Petén hay lugares donde el cobro del alumbrado lo pone la municipalidad y es más alto de lo que la gente consume. Hay municipalidades que cobran más de Q100 de alumbrado público y tal vez la gente consume Q50, entonces termina pagando entre Q200 y Q250 de energía. Si fuera en la capital estarían pagando menos.

Pese a que la Fiscalía ve que hay irregularidades en los cobros, no puede tomar acciones porque “es una cuestión política que el Congreso y la Comisión (Nacional de Energía Eléctrica) tienen que regular”.

El fiscal Braham considera que los miembros de Codeca cometen delitos porque su resistencia solo se puede ejecutar con manifestaciones, no con dejar de pagar el servicio o conectarse “de forma ilegal”. La mayoría de casos que proceden en esa fiscalía son por agresiones contra trabajadores de las distribuidoras de luz que intentan hacer la lectura de los contadores, no por el hurto del fluido.

Los únicos integrantes de Codeca que han sido condenados fueron Mauro Vay, Blanca Actun y Mariano García Carrillo por promover las conexiones a la energía eléctrica sin pagarla, pero la sentencia, dictada en el 2016, fue anulada por una Sala de Apelaciones por falta de pruebas.

Para Codeca, el MLP y Thelma Cabrera la discusión va más allá. La candidata a la presidencia defiende que el acceso a la energía eléctrica es un derecho humano y no una mercancía.

Andrés Quezada estudió filosofía y letras y es un activista social. Habla para este reportaje a título personal sobre su simpatía por Codeca.

– Codeca siempre fue para todos el ‘coco’ del que no se quería hablar, que está bajo la cama y que viene a comerse a todos. Y a mí me parecía muy importante transgredir ese límite para tratar de entender un poco más qué era Codeca. Al principio era un aliado incómodo en las protestas; llevaban mucha gente, eran una fuerza relevante en la movilización, pero era un aliado incómodo porque había algo de prohibido en ellos (…). El sentido era entender un poco más de la complejidad del tema de energía eléctrica de Guatemala. De hecho tuvimos espacio de formación interna donde me di cuenta que Codeca tiene mi edad, nacieron en el 92, y son gente que se ha graduado en las luchas más duras.

La propuesta de “El buen vivir”*

El concepto que resume la  propuesta del MLP es “el buen vivir”. Una idea transversal en el plan de gobierno realizado por comunidades, pueblos y movimientos sociales.

“Soñamos con que todos los guatemaltecos tengan una educación de alta calidad y un eficiente sistema de salud, sin importar si estos servicios son públicos o privados; que tengan oportunidades de empleo digno con pleno respeto a los derechos laborales; que tengan acceso a tres tiempos de comida de buena calidad; servicios básicos como agua, luz, teléfono y transporte, de buena calidad y a buen precio; y un medio ambiente sano que que provea espacios públicos de recreación y descanso. Asimismo, que el país se mantenga a sí mismo mediante una economía productiva en armonía con la Madre Naturaleza. A esto le llamamos el Buen Vivir”, explica su plan de gobierno, un documento de 20 páginas.

El "buen vivir" es uno de los pilares del plan de trabajo del MLP y lo promueve Thelma Cabrera. Foto: Carlos Sebastián

El “buen vivir” es uno de los pilares del plan de trabajo del MLP y lo promueve Thelma Cabrera. Foto: Carlos Sebastián

Fernando Espina, miembro del MLP y parte del equipo que diseñó el plan explica cuál fue el proceso para trasladar al papel, a la precisión de un texto, las 14 principales demandas del  movimiento social. Espina también es miembro del Grupo Intergeneracional, un grupo de profesionales entre los cuales hay miembros del MLP y que utiliza las redes sociales para difundir información del partido y sus candidatos.

Junto al abogado Espina, también forman parte del grupo de profesionales cercanos a Thelma Cabrera el académico de izquierda radical Mario Roberto Morales; el historiador Mauricio Chaulón; el académico Jaime Chicas; el abogado Gustavo Maldonado; y la trabajadora social Elizabeth Florián.

A criterio del economista Ricardo Barrientos, del ICEFI, carece de sustento técnico para pensar que estas propuestas son realizables. No especifican la política de endeudamiento público, metas específicas, indicadores claros, estimaciones ni fuentes de financiamiento.

– Cuando una propuesta es fácilmente aceptable, como la de ofrecer total cobertura educativa, suena bien y nadie puede estar en desacuerdo con eso. Pero sin metas y sin identificar el costo fiscal ni fuentes de financiamiento, corre el riesgo de acercarse a un populismo demagógico. Sin embargo, debo aclarar que esta no es una falencia que presenta solamente la propuesta de MLP, es algo que se generaliza en el resto de partidos y es preocupante.

Una mujer indígena que aspira al poder

El martes 4 de junio, Thelma Cabrera dio una entrevista a Prensa Libre y Guatevisión. A pesar de recibir constantes invitaciones, la candidata no suele dar entrevistas a los medios de comunicación más leídos, vistos y escuchados en la Ciudad.

La publicación obtuvo más de 4,900 comentarios que reflejaban el racismo de la sociedad. Después de la Premio Nobel Rigoberta Menchú en 2007, quien también despertaba las peores expresiones racistas guatemaltecas, Thelma Cabrera es la primera candidata maya en 12 años, y no ha cambiado tanto.

“La chacha no sabe que es la candidata de algo diferente al mercado”.

“Esta señora piensa que va dirigir una venta de tortillas o un puesto de atol”.

Mientras algunos hacen este tipo de comentarios,  hay quienes cuestionan su falta de preparación académica y se preguntan si puede gobernar una mujer indígena que solo estudió hasta sexto primaria.

Quienes la conocen la describen como una mujer de carácter, inteligente y comprometida con la lucha de los pueblos a los que representa, como Claudia Samayoa, defensora de Derechos Humanos:

– A Thelma Cabrera la conozco desde hace bastantes años. La reconozco como una lideresa indígena y mujer campesina. Es una legítima defensora de los derechos humanos, ella puede usar muy bien ese calificativo. Es honesta, fuerte y ha abierto una brecha. Me parece que tenemos que problematizarnos sobre cómo expresamos racismo y misoginia en el proceso electoral. Thelma Cabrera nos pide que nos veamos en el espejo, ella es la cara de la exclusión de las minorías.

¿Por qué el MLP está lejos del resto de progresistas?

Nómada entrevistó a la candidata.

—¿Cuál es el origen del MLP y cuál es su ideología?
—El MLP nace como un instrumento político, no es uno más de los partidos políticos tradicionales que tienen dueño y que responden a la misma oligarquía. No queremos decir que somos de izquierda pero somos anti-neoliberales, anti-colonial y anti-patriarcado.

—Entendemos que usted estuvo en la URNG. ¿Por qué hubo una ruptura?

—Como Codeca reconocemos que hubo luchas y mártires (en la URNG) y que era la única opción de la izquierda y apoyamos a la URNG. Yo fui parte de la estructura de la URNG en mi municipio y en mi departamento. Dijimos que desde ahí íbamos a ir aportando, pero pensábamos que la URNG era asamblearia, que no tenía dueño porque venían con una experiencia que nosotros valoramos porque se opusieron a un sistema. Pero cuando se da la firma de los Acuerdos de paz es donde cambia la situación porque en el momento electoral ya no nos tomaron en cuenta a nosotros. No aceptaron nuestras propuestas, como la nacionalización de la energía eléctrica. (en otra entrevista, a Prensa Libre, fue preguntada sobre qué pensaba sobre la izquierda. Esta fue su respuesta.) La izquierda ha contribuido para apoyar al mismo sistema para perseguir a defensores y defensoras.

***

Para el diputado de la URNG, Walter Félix, la versión fue distinta.

– Codeca nació siendo parte de una de las organizaciones que ayudó a la formación de la URNG. Luego de la firma de la paz (1996), Codeca dejó el tema de la tierra para reivindicar la nacionalización de la energía eléctrica y a partir de eso ellos empezaron a defender una estrategia que no coincidió con la URNG. Los pueblos tienen derecho a la resistencia pero nosotros no podemos pedirle a la gente que se desconecte o que caiga en lo que se conoce como el robo de fluidos. Rechazo que digan que no se les dio espacios para candidaturas, creo que algunas personas dicen eso porque buscan ponernos en contradicción.

La diputada feminista y progresista, Sandra Morán, describe a Codeca como la organización más radical de la izquierda y atribuye a eso la dificultad de llegar a acuerdos y consensos.

De hecho, cuando surgió la Asamblea Social y Popular en 2015, en la que estaban otras organizaciones campesinas y estudiantiles, Codeca no se sumó.

Este distanciamiento entre el MLP y Codeca puede explicarse en la posición de uno de los intelectuales cercanos, Mario Roberto Morales, que descalifica cualquier expresión de izquierda más moderada que la suya y las ha bautizado como ‘la izquierda pink’ y la ‘derecha lila’. Para él, las manifestaciones de 2015 fueron una legitimación de un golpe de Estado blando de Estados Unidos a Pérez Molina .

Thelma Cabrera en El Palmar, Quetzaltenango. Foto: Carlos Sebastián

Así continúa la entrevista con la candidata.

—¿Cuál ha sido su formación?
—Yo me considero representante de la mayoría que no tuvimos la oportunidad de llegar a una academia diseñada con cuatro paredes, donde se debaten ideas que han sido diseñadas por el mismo sistema para que los estudiantes no conozcan ni se reconozcan en su propia realidad. He aprendido mucho en la universidad de la vida porque estoy en las comunidades. Soy una mujer ama de casa y en mis manos está la educación de mis hijos e hijas, la administración de fondos, de cómo me tiene que alcanzar ese dinero, de lo poco que ganamos entre los dos, hombre y mujer, para sacar adelante a la familia. No es necesario llegar a la universidad para aprender administración; eso viene desde la familia. No me preocupa no llegar a una carrera porque a diario estoy viviendo las injusticias, la criminalización, la humillación, el sufrimiento de las mujeres desde abajo. Esa es mi universidad.

—Se casó muy joven, a los 15 años. ¿Cree que las condiciones han cambiado para que las adolescentes ya no formen una familia desde esa edad?
—Yo no aconsejaría a la juventud a formar un hogar a temprana edad. Yo llamaría a la juventud a primero integrarse a la lucha para la construcción de un estado plurinacional a través de un proceso de Asamblea Constitucional y Plurinacional, para construir ese buen vivir donde haya oportunidades de empleo, de salud, de educación donde el modelo de Estado ya no sea de oligarcas, donde las empresas privadas no nos persigan por defender derechos.

—¿Qué piensa del aborto?

—¿Del aborto o de la ley del aborto? Son dos cosas diferentes. En este sistema lo aplicaría a las personas, porque el aborto no se da sólo cuando una persona lo piensa, se da por la desnutrición, por mala alimentación, por falta de oportunidades. Por eso estamos planteando el buen vivir que incluye el respeto a la forma de pensar.

—¿Se considera feminista?
—Sí, porque soy una mujer que está luchando por equidad de género, por la igualdad de derechos, el derecho a la vida pero no desde la corriente construida desde el sistema sino desde la sabiduría de nuestras ancestras.

—Una de las grandes críticas contra Evo Morales es que se ha perpetuado en el poder (no acató el resultado de un referendo). ¿Qué piensa usted de eso?
—En las decisiones del pueblo boliviano yo no puedo intervenir porque de todas maneras hay consultas.

—Pero sobre esta idea de que no es suficiente un período para cambiar todo.
—Claro, es un proceso porque el problema es estructural, entonces hay demandas de corto, mediano y largo plazo. Eso es lo que ha ayudado al pueblo boliviano porque ha mantenido su gobierno para que haga lo que realmente… independientemente de quién sea pero el poder viene del pueblo. (Evo Morales llegó al poder en 2006 y se resiste a dejarlo.)

—En una entrevista usted se pronunciaba positivamente sobre la lucha de Nicolás Maduro en Venezuela. ¿Qué opinión tienen sobre ese gobierno?
—En ese caso, cada gobierno en su país están haciendo sus luchas. Uno lo que puede ver es el respaldo del pueblo. Yo en la lucha de otros países no voy a dar mayor opinión. Lo que tenemos que ver es el respaldo popular que ha tenido y también la derecha no descansa en atacar la lucha de los gobiernos que realmente han demostrado un crecimiento para sus pueblos.

El cierre de la campaña

La campaña política de Thelma Cabrera y Neftalí López cerró el sábado 8 de junio en el Parque Central de la Ciudad de Guatemala, punto en el que durante décadas Codeca confluyó con todas sus bases para hacer escuchar sus demandas. Esta vez, a una semana de las elecciones generales, fue el turno del MLP y su candidata Thelma Cabrera, menos llena que cuando convoca Codeca.

– Hemos sido gobernados por militares, por empresarios, por académicos y por un comediante últimamente. Hoy los pueblos decidimos desde la resistencia al poder, por ende traemos una lucha desde los movimientos sociales, desde nuestros territorios y decimos vamos a luchar hacia el proceso de Asamblea Constituyente, Popular y Plurinacional, ante un Estado fallido y podrido, tenemos que construir un Estado a través de la participación de los pueblos mayas, garífunas, xinkas y mestizos.

Thelma Cabrera camina por el Paseo de la Sexta el sábado pasado durante el cierre de campaña en la Plaza de la Constitución. Foto: Jody García

Thelma Cabrera camina por el Paseo de la Sexta el sábado pasado durante el cierre de campaña en la Plaza de la Constitución. Foto: Jody García

El concepto de Asamblea popular y plurinacional no es neutro. Busca revolucionar la distribución del poder. Y abona a los miedos de los mestizos y los criollos.

Lo plurinacional es un paso más allá de la nación multicultural, la nación “única y diversa” que reconocían los Acuerdos de Paz, una nación guatemalteca en la que supuestamente caben mestizos, mayas, xinkas y garífunas.

– Lo multicultural es un concepto que sólo reconoce derechos culturales a las comunidades. Al final lleva al folklorismo o victimismo indígena. Lo plurinacional es un concepto político, que implica reconocimiento de derechos. Como autonomía, territorios, consentimiento previo, etcétera. Implica transitar del culturalismo de caridad a la condición de sujetos autónomos de los pueblos. Siempre en el marco de un solo Estado, explica Leira Vay, del MLP.

Fuente: Resumen Latinoamericano